Hoy toca otro amanecer, se trata de la misma escapada a costa quebrada que os mostré en rayos de esperanza.

Cuando me desperté y vi el cielo, pensé en volverme a dormir. Para que iba a levantarme con ese panorama, con lo calentito que me encontraba. Pero ya que estaba allí, ¿cómo iba a perder la oportunidad de fotografiar el amanecer? Algo perezoso y reticente, cargué los bártulos y me dirigí a los acantilados de Arnia.

Al llegar allí ya estaban 2 fotógrafos buscando su encuadre. Al acercarme al precipicio, no daba un duro porque el amanecer fuera a merecer la pena. Pero habia aprovechar a sacar algo.

Soy de culo inquieto y no me gusta quedarme quieto esperando las mejores luces. Me dedico a jugar una y otra vez hasta encontrar la imagen que me guste. Y para cuando lleguen las luces, ir al sitio que más me gustó.

En este caso es una de las pruebas de encuadre una panorámica de la playa con todas esas flores amarillas.

¿Cómo la hice?

Para realizar esta foto, solo calculé la exposición que creía más adecuada. En este caso, buscaba conseguir tener el máximo de tiempo posible hasta no reventar las altas luces. Ajusté la exposición a la zona en la que las luces eran más fuertes y con eso ya tenía la exposición para toda la escena.

Tras eso, ajusté la base niveladora del trípode y a su vez dejé el horizonte recto en el nivel de la cámara. Solo quedaba disparar desde izquierda a derecha, para que lightroom no tuviese problemas para pegar las imágenes.

Nos vemos en unos días. Sed felices!

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