Dos meses sin pasarme por aquí a subir una foto es mucho tiempo, quizás demasiado. Unos cuantos me habéis preguntado que si estaba bien y que por qué no subía ya fotos. Y aunque es una cosa que tengo clara desde hace tiempo, de una temporada a esta parte, cada día me doy más cuenta que me gusta hacer fotos.
El hecho de salir, planificar el sitio, imaginarme qué voy a ver y estar «fuera» viviendo ese momento. Pero cuando llego a casa… la cosa cambia, abandono la mochila con la cámara dentro y me olvido de ella hasta la próxima salida. En algunos casos no llego ni a descargar la tarjeta de la cámara.
Si de normal me daba pereza estar editando una foto, en estos momentos me cuesta aún más, y ya no os voy a decir el tema de escribir una entrada explicando cómo hice la foto. Esas son las razones por la que he estado un poco desconectado de las redes sociales un tiempo.
Por suerte, no vivo de la fotografía, lo que no me obliga a estar pendiente de generar material de forma continua y puedo disfrutar de este hobby que me apasiona y me mueve para hacer muchas cosas que, sino fuera por ello, no hubiese hecho nunca.
Sobre la foto
Tras unos cuantos párrafos en los que os actualizo y explico un poco el porqué de este parón, os cuento algo sobre la foto. En la búsqueda de coches abandonados hay muchas formas de encontrarlos, pero la que a mi más me gusta es buscarlos yo mismo, por el hecho de que cuando los encuentras el disfrute es mayor.
Y tras una sesión de Google Maps encontré este viejo trasto reconvertido en un pequeño almacén de paja para las vacas. En esta salida me acompañó Javi que por suerte nos entendemos bastante bien para hacer este tipo de fotos.
Aquella noche yo no estaba del todo cómodo. Lo de saltarme vallas aunque sea para estar en un prado no me termina de agradar, pero o saltábamos no hacíamos la foto. Trabajamos muy rápido apenas 5 fotos fueron las suficientes para llevarnos a casa el resultado que buscábamos.
Nos vemos en unos días. Sed felices!