Ahora que ya está entrando el calor, apetece ir a localizaciones fresquitas y si hay agua en ellas mucho mejor. La foto de hoy es del otoño del año pasado cuando me escapé con David unos días para ver que conseguíamos traernos. Durante esta primera semana de «nueva normalidad» no he tenido tiempo de poder escaparme a meter los pies en remojo y aunque sea mentalmente, a mí me recuerda al fresquito que hacía allí.
Es curioso como las localizaciones para hacer fotos son «secretos a voces». Algunos las guardan como oro en paño, otros las comparten con quienes están a su alrededor y otros, a todo el mundo. Así que si quieres ir a un sitio, solo tienes que preguntar. Al final siempre conoces a alguien que te dirá como llegar a ella 😀
Para llegar aquí, aparte de google maps, donde podemos encontrar la cascada, nos ayudó un amigo. Muchas veces saber el punto donde se encuentra algo no significa que sigas el camino que te lleve a él.
Sobre la foto
La foto fue difícil de hacer. Esta cascada normalmente no lleva tanto agua (o al menos en las fotos que yo he visto) como cuando fuimos a hacer fotos en ella. Había tantas micro-gotas de agua en suspensión que no había terminado una foto y ya tenía que estar limpiando la lente para poder hacer la siguiente.
Para hacerla, busque un tiempo de exposición corto, un tercio de segundo, con lo que conseguía que no pareciese el efecto seda. Pero en cambio si conseguía captar el movimiento del agua suficientemente consiguiendo esa sensación de movimiento y dinamismo.
Nos vemos en unos días. Sed felices!
Muy guapa ls foto Víctor. Me gusta. Que pena lo de las microgotas por el tiempo de exposición.
Pero es, quizás así, más original.
Un abrazote enorme
Buenas Julio!
Muchas gracias por pasarte y comentar!
Así la imagen tiene otra visión más dinámica, más parecida a lo que se veía en el momento. Las sedas que dan esa sensación de calma al paisaje que así se perdió.
Un abrazo!