Ya va tocando otro «trasto» oxidado ¿no? En este caso no se cuántas veces he estado ahí haciéndole fotos o, bueno… acercándome hasta él y volviéndome porque no tenía las condiciones que quería para esta foto.
Esta cabina, por que es lo que queda de este Ebro B35, se la ví por primera vez a Logan allá por el 2011. Echadle un ojo a su galería de flickr. Desde entonces, todos los años me paso por allí buscando encontrar una foto chula de los restos de este Ebro.
En esta ocasión me acompaño Javi. Últimamente nos compenetramos muy bien para hacerles fotos a estas «joyitas» y tal cual pintaba la noche íbamos a tener las condiciones que queríamos, así que decidimos volver a intentarlo.
¿Cómo hicimos la foto?
Aprovechamos a ir una noche de esas que por predicción no sabíamos si nos íbamos a tener que volver a casa o no. Pintaban nubes y lluvia, el plan perfecto para hacer chatarrillas. Gracias a esas condiciones, en el cielo tendremos texturas por las nubes y la lluvia nos da unos reflejos muy chulos en la carrocería del vehículo.
El problema que tiene salir estas noches es que no sabes qué te vas a encontrar, si un cielo completamente encapotado, un suelo lleno de barro… así que es jugársela un poco, pero cuando se consiguen los resultados suelen ser muy buenos.
Como siempre… búsqueda de encuadre, enfoque, selección del balance de blancos y en consecuencia las linternas para iluminar.
En este caso nos decantamos por una vista frontal del coche, los morros de estos coches siempre dan muy buen resultado. Por las condiciones de contaminación lumínica de la zona y al no tener luna tocaba dejar el cielo naranjita.
Para iluminar la carrocería, luz cenital fría y para los faros un par de toques de linterna cálida y foto hecha, volviéndonos a casa con los deberes hechos.
Nos vemos en unos días. Sed Felices!