Parecerá una tontería, pero echo de menos salir a dar un paseo por el campo cargado con muy poco equipo sin más objetivo que el de dar una vuelta. Esto de estar encerrado solo en mi municipio se me está haciendo largo. Tanto que no tengo ganas de meterme en las redes sociales y ver como otros podéis disfrutar del otoño.
Con muy poco equipo y con mucho cuidado es como se hizo esta foto. Como ya sabéis los que leéis el blog de continuo, tras el accidente del hombro, pude «escaparme» (más bien me sacaban a pasear) unas pocas veces a buscar alguna foto.
La fotografía en el bosque me resulta una de las más complejas que hago, salvo en algunas excepciones, en las que el bosque esta muy cuidado y limpio (como pasa en ciertos hayedos). En esos casos podemos escoger qué elementos queremos que salgan en el encuadre, pero de forma habitual esto no pasa y solemos tener demasiados elementos a la hora de componer.
Fotografiar cascadas, nos ayuda a eliminar elementos de la escena y nos facilita la composición. El problema que me suele surgir cuando quiero hacer este tipo de fotos se produce por mi tendencia a usar el 14mm.
Al abarcar tanto campo de visión con el ojo de pez, eliminar elementos se hace muy difícil. Gracias a Javi, que fue quien me dio el paseo esta vez y el consejo de que me olvidase por completo del 14 y que usase focales más cerradas.
Y del uso del 16-35 surgió esta foto, jugando con las distintas distancias focales. Vimos esa rama que sale de la cascada y que llegaría a la esquina inferior derecha que podría darnos un primer plano que nos guiase la mirada a la cascada. Y desde ese punto intentamos colocar todos los elementos que teníamos en la escena.
Un consejo
Por si algún día os ayuda en vuestras fotos. Con al idea de crear una composición más limpia y sencilla eliminamos (quitamos del encuadre) un montón de ramitas finitas que estaban dentro de la cascada.
Nos vemos en unos días. Sed felices!